La Pensión Posada Ignatius se encuentra en el Palacio del Duque de Nájera en la Plaza del Arco de Navarrete, que era la entrada occidental de la antigua ciudad amurallada y el arco fue la ubicación de la Real Cárcel. Mirando a la derecha de la entrada, se encuentra la muralla del casco antiguo que continúa hacia la entrada principal. Se rumorea que un tesoro estaba escondido en el palacio y cuando los constructores encontraron un pequeño agujero en la pared tuvieron gran expectativas, pero sin suerte así que ese tesoro sigue por descubrir. Dicho esto, lo que si descubrieron fue el suelo empedrado original escondido por debajo del hormigón y la columna que se cree estuvo al lado de lo que fue el alojamiento del guardia.
El castillo estaba en la colina directamente en frente de la puerta de la Posada Ignatius y actuó como línea de defensa contra los reinos atacantes. Sin embargo, cuando se consolidó la paz en la península, la necesidad de mantener este tipo de fortalezas disminuyó y el castillo finalmente cayó en mal estado. En el siglo XVIII, el castillo se utilizaba como taller de alfarería.
El título de duque de Nájera fue otorgado después de la creación del Ducado de Nájera en 1465 cuando Enrique IV dio el castillo de Nájera a Pedro Manrique De Lara, el título fue consagrado por los Reyes Católicos en 1482.
La dinastía Manrique De Lara apoyó a Isabel I y más tarde continuó apoyando a su nieto Carlos I. Cuando la ciudad de Nájera se rebeló contra la política imperial de Carlos I, fue el duque de Nájera quien logró sofocar el levantamiento. Al lado del duque en la batalla estuvo el mismísimo Iñigo de Recalde, más conocido como San Ignacio de Loyola.
El joven Ignacio luchó y sirvió como caballero bajo la bandera del duque de Nájera desde 1517 hasta estar lesionado en la batalla de Pamplona en 1521 cuando volvió a su casa. Tras su recuperación y reconversión, emprendió su famoso peregrinaje desde su ciudad natal hasta Montserrat y de paso visitó su antiguo hogar en Navarrete en 1522.
Desde el Camino Ignaciano felicitamos esta iniciativa que ofrece un valor añadido a la visita a la villa de Navarrete. Con toda seguridad Íñigo hoy se habría emocionado al ver un Palacio tan bien restaurado como Posada para los caminantes que buscan vivir una transformación personal siguiendo sus pasos. Animamos a seguir construyendo historia a partir de la Autobiografía de San Ignacio de Loyola, caminando las 27 etapas del Camino Ignaciano.
From the Office of the Ignatian Way we congratulate this initiative that offers an added value to the visit to the village of Navarrete. Iñigo certainly would have been thrilled today to see a Palace as well restored as Posada for walkers who seek to live a personal transformation following in their footsteps. We encourage to continue building history from the Autobiography of San Ignacio de Loyola, walking the 27 stages of the Ignatian Way.